SOFTWARE LIBRE DESDE GALICIA PARA TODO EL MUNDO

En 2001 un grupo de diez recién titulados en Ingeniería informática funda Igalia, una empresa especializada en el desarrollo de software libre que nació con visión internacional y con una fuerte implicación social. Desde entonces han pasado diez años en los que la cooperativa con sede en A Coruña consiguió especializarse en el sector tecnológico e internacionalizar buena parte de los frutos de su trabajo.

IGALIA INCREMENTÓ SU FACTURACIÓN DESDE

los 200.000 euros de su primer año hasta los 1,8 millones con los que cerró el ejercicio 2010. Los más de 70 acuerdos rubricados con la multinacional finlandesa Nokia tuvieron mucho que ver en el despegue de la compañía en este periodo.

El coordinador del área web y uno de los socios fundadores de la empresa, Xavier Castaño, explica la evolución operada por Igalia desde el inicio de su actividad. En la actualidad, las líneas de negocio son dos: el área desktop mobile, con gran penetración en el mercado exterior, y el área web. Además, Igalia cuenta con un área de innovación con objetivos a largo plazo, basada en la inversión y especialización en tecnologías clave que permitan abrir más vías de negocio en un futuro.

El conocimiento y el desarrollo de Igalia sobre plataformas GNU/Linux y Gnome les permitió desarrollar software para las plataformas Maemo y Moblin, impulsadas por Nokia e Intel, respectivamente. La empresa ha colaborado en la mejora de la última versión de Meego, la plataforma empleada en el N-900, uno de los móviles de última generación de Nokia. La parte del negocio referente al área desktop mobile supone un 75% de la facturación de la empresa gracias a los acuerdos firmados con pequeñas empresas y multinacionales de países como Finlandia, EE.UU. o Reino Unido.

Los contactos internacionales y la experiencia a nivel mundial convirtieron a Igalia en una compañía de referencia en el emergente sector TIC en Galicia gracias a una elevada capacidad para liderar proyectos a nivel internacional. Por otro lado, en el ámbito local, el área web desarrolló el proyecto ‘Naval Plan’, financiado con 500.000 euros por la Fundación para o Fomento da Calidade Industrial e o Desenvolvemento Tecnolóxico de Galicia. La experiencia, inicialmente centrada en el sector naval, les ha demostrado que esta aplicación web para la planificación de proyectos puede ser útil para otros sectores y empresas interesadas en aplicaciones de software libre. Así, apostaron por seguir invirtiendo en el proyecto, que a partir de ahora pasará a denominarse ‘Libre Plan’.

Desde el año 2010 Igalia destina una media de diez empleados a colaborar en el desarrollo del motor web ‘WebKite’, motor que se emplea hoy en día como base para los navegadores Google Chrome o Safari. Castaño subraya que la principal ventaja que ofrece la compañía es haber apostado por la alta especialización. “Ofrecemos tecnologías muy avanzadas dentro del software libre para un nicho de mercado en el que la oferta es baja”.

Tras realizar varios proyectos con la Universidade de Santiago (USC) y el Centro Tecnolóxico de Telecomunicacións de Galicia (Gradiant), en Igalia creen que el reto de cara al futuro pasa por los proyectos europeos donde, mantienen, se encuentran “las verdaderas oportunidades”. La filosofía de la que logró imbuirse la compañía reside en que los programas informáticos pueden ser empleados, copiados, distribuidos y mejorados de manera completamente libre sin que medien licencias ni requerimientos.

Innovar es muy importante pero lo es tanto como visualizar el mundo como mercado, apostar por la internacionalización. No hacerlo así implica equivocarse porque el dinero aquí es limitado.Igalia decidió atraer riqueza a Galicia a través del capital humano, con lo cual colaboramos también evitando la fuga de cerebros”. Xavier Castaño.

TALENTO COOPERATIVO

Pero más allá de los acuerdos con empresas internacionales, de no tener casi competidores en el mercado global y de un crecimiento continuado en la facturación, Igalia asumió desde su nacimiento una filosofía empresarial basada en el cooperativismo, una fórmula innovadora en su sector que consiguieron mantener en el tiempo. Tanto es así que el número de socios se ha duplicado hasta los 20 gracias a una política de empresa que permite a cualquier trabajador conseguir ese estatus en cuatro años, momento en el que se equipara por completo a cualquier otro socio en derechos y obligaciones a través de una aportación simbólica. Antes de eso, cada empleado pasa a formar parte de la asamblea general, órgano de decisión estratégico de la empresa, a partir del segundo año en Igalia.

La asamblea se celebra cada dos meses y en ella se redefinen continuamente los retos y los mercados a los que dirigir las acciones de la empresa. Xavier Castaño explica que en el año 2005 vieron la necesidad de especializarse en tecnología e internacionalizarse. “Flexibilizamos la relación con el teletrabajo y cambiamos completamente la filosofía. Pasamos de ser una empresa cuyo lema era ‘desde Galicia para el mundo’ a fomentar una compañía global donde el teletrabajo pasa a ser un modo de relación natural con la empresa”, indica. Desde entonces hay empleados que realizan su trabajo desde San Francisco, Finlandia, Bélgica, Madrid o Barcelona. Un equipo multidisciplinar que se completa con veinte personas trabajando desde A Coruña y ocho desde Pontevedra.

La gestión asamblearia, el espíritu cooperativo y la internacionalización han sido claves para la implantación del inglés, el idioma en el que los trabajadores de Igalia se relacionan entre ellos, independientemente del lugar de trabajo o del interlocutor. Saben que en la combinación de la innovación, la especialización y la internacionalización se encuentran sus grandes bazas. El capítulo de I+D+i absorbe el 25% de la facturación.

Igalia también dedica una partida económica a desarrollar acciones para mejorar la calidad de vida, la conciliación o la formación continua. La flexibilidad horaria, el teletrabajo o el fomento del estudio de idiomas son solo pequeñas muestras de esta filosofía, por la que la empresa reinvierte una parte importante de su facturación en mejorar las condiciones laborales y las capacidades profesionales de sus trabajadores.

El proceso innovador está tan ligado a su modelo de trabajo que muchos de los empleados rechazaron importantes ofertas en compañías internacionales a cambio de desarrollar los proyectos para los que eran requeridos desde Igalia. La empresa se ha convertido en una apuesta social y personal. Buen ejemplo es el 0,7% de facturación que cada año destinan a la financiación de ONG.