INNOVACIÓN DE GRAN ALCANCE A ESCALA NANOMÉTRICA

Nanogap es la única empresa en el mundo capaz de producir a nivel industrial partículas por debajo del nanómetro, es decir, diez elevado a menos nueve metros o una milmillonésima parte de un metro. La idea empresarial surgió en el año 2005 después de que el grupo de investigación de la Universidade de Santiago ‘NanoMag’ registrase una patente revolucionaria: los clústers cuánticos atómicos, una tecnología a escala inferior al nanómetro.

LA CONSEJERA DELEGADA Y PRESIDENTA

del consejo de administración de Nanogap, Tatiana López, subraya que se trata de partículas que “permiten trabajar a escalas muy pequeñas. Son materiales que presentan nuevas propiedades solo por el hecho de tener tamaños tan reducidos”. Los dos catedráticos responsables del hallazgo, Arturo López Quintela y José Rivas Rey (este último director del Laboratorio Ibérico Internacional de Nanotecnología), pensaron desde una óptica emprendedora y brindaron la oportunidad a los miembros del grupo de investigación, profesores adjuntos, ayudantes y doctorandos de participar en la empresa. Es por ello que Nanogap cuenta desde sus inicios con 23 socios, aunque son cinco los promotores estratégicos que se encargan de definir el camino que debe seguir la compañía. Desde el nacimiento ampliaron capital hasta tres veces y dieron entrada a los fondos Unirisco y Uninvest.

Entre las múltiples aplicaciones de los clústeres cuánticos atómicos, la empresa ha desarrollado una materia prima que comercializa a compañías de la industria química para la obtención de productos antimicrobianos adecuados para lograr superficies extremadamente higiénicas. Así, han colaborado en la fabricación de materiales biosanitarios para hospitales, donde un material inadecuado puede suponer un foco infeccioso, en la instrumentación de las salas de cirugía o en las pantallas táctiles de los equipos para las que se buscan materiales con una baja toxicidad. “No vendemos al consumidor final sino a empresas que van a hacer esas pantallas para los equipos de cirugía, plásticos para hacer sondas de temperatura o catéteres”, explica López.

Las aplicaciones de los clústeres non son la única línea de negocio por la que se ha inclinado Nanogap. La consejera delegada recuerda que el grupo de investigación “lleva más de 25 años trabajando en nanotecnología y el know how es enorme”, lo que supone un gran potencial de puesta en valor en el mercado del conocimiento generado en el laboratorio.

En áreas más convencionales han logrado desarrollos con aplicación en el mundo de la electrónica, el mercado más atractivo y en el que la compañía se ha centrado a corto plazo. El reto consiste en dotar a diferentes materiales, como la tinta, de propiedades conductoras. La nueva generación de circuitos electrónicos se hará sobre tecnología impresa, por lo que un circuito se podrá diseñar desde un ordenador, para luego imprimirlo. Para ello Nanogap desarrolla una tinta conductora. “Es una dispersión de líquido que, entre otras cosas, contiene nanopartículas de plata que al imprimir se funden y generan esos contactos electrónicos”, añade Tatiana López para clarificar el proceso.

Otros de los productos en los que trabajan son las nanofibras como un sustituto del ITO, un recurso natural escaso y muy frágil cuyo mercado está dominado por China. Nanogap ofrece una alternativa “más ecológica, cuyas prestaciones son similares pero con la ventaja de ser un material flexible, con menor riesgo de rotura, lo que permite su utilización en aplicaciones donde el ITO no tiene cabida”, como es el caso de los sustratos flexibles del tipo de un tejido. Además, la industria aeronáutica también puede utilizar estas nanofibras, ya que en este sector se tiende a sustituir los metales por composites plásticos o poliméricos con propiedades antiestáticas.

El desarrollo continuo y la capacidad de generar productos únicos en el mercado han situado a Nanogap en el mercado internacional desde sus inicios. Europa fue el primer objetivo de la empresa, aunque la frontera pronto se quedó pequeña y comenzaron los contactos con departamentos de I+D+i de grandes multinacionales y pequeñas empresas a las que ayudan a crear nuevos productos basados en su tecnología. La expansión de la compañía llevó a sus socios a abrir una filial en San Francisco, desde donde realizan el desarrollo comercial a Estados Unidos y a contactar con clientes en Japón o Corea.

Invertir en innovación significa generar una empresa y una economía sostenible. Hoy tengo un producto único en el mundo pero sé que si no sigo innovando en cuatro años EEUU o Japón sacan el mismo producto y puede que mejor que el mío. Innovar es la manera de competir y diferenciarse en el mercado en cualquier sector de actividad”. Tatiana López

ARRAIGADA EN GALICIA

Tatiana López subraya el mérito de una empresa estrechamente vinculada con la Universidade de Santiago, de la que se ha nutrido para ocupar un hueco en el mercado desde donde ser competitivos. De hecho, Nanogap sigue externalizando a la USC las fases iniciales de sus desarrollos con nanopartículas. “Intentamos codesarrollar productos con nuestros clientes pero lo que son la producción y la I+D se mantienen en O Milladoiro y así seguirá siendo”, destaca, en referencia a la localidad coruñesa colindante a Santiago en la que tienen sus instalaciones.

Hasta ahora han contado con numerosas ayudas públicas que les han permitido iniciar varios procesos de negociación de suministro de materiales como las nanofibras para sustituto del ITO y las tintas conductoras para circuitos electrónicos. Para ello, han iniciado un proceso de captación de fondos que les permita ampliar la capacidad de producción actual, aquella que permiten los dos reactores de cincuenta litros cada uno que tiene la planta de O Milladoiro.

La facturación se ha duplicado desde 2008, alcanzando los 200.000 euros en 2010. La incorporación de un gestor de innovación -financiado por la Xunta en el marco de la Rede de Xestores de Innovación de Galicia (XIGA)- les ha permitido “mantener una actitud más proactiva, ver en qué proyectos nos interesa participar y con qué empresas”, remarca la consejera delegada. Conscientes de que en Nanogap “innovación es todo”, han optado por que el gestor forme parte del área de desarrollo de negocio, “desde donde poder llevar a cabo la vigilancia tecnológica y participar en todos nuestros proyectos”, indica.

Tatiana López tiene claro el futuro de la empresa: “posicionarnos como líderes a nivel mundial en partículas subnanométricas y como un referente en nanopartículas y eso pasa por hacer innovación y continuar desarrollando productos únicos en el mercado”. El plan de crecimiento implicaría duplicar la plantilla actual, en la que trabajan doce personas, todas ellas licenciadas.

La empresa consiguió el premio a la compañia más innovadora de España en el área de materiales concedido por la Empresa Nacional de Innovación (ENISA) en su 25 aniversario (compartido con la también gallega Neoker) y el 1º premio en Galicia y el 5º premio nacional del certamen Emprendedores XXI en 2011.