EL AUTOBÚS DEL FUTURO ARRANCA EN SANTIAGO

Los especialistas de la empresa carrocera Castrosúa están centrados en la fabricación de un vehículo colectivo pensado para las ciudades, especialmente ideado con el objetivo de que los usuarios de utilitarios apuesten por el transporte público para sus desplazamientos. Con esta filosofía la empresa creó el ‘Tempus’, el primer vehículo fabricado en España que puede funcionar con cero emisiones en determinados momentos, en función de las zonas de la urbe en las que se encuentre.

LA EMPRESA QUE MÁS HA CONTRIBUIDO A

la evolución de los autobuses a nivel estatal tiene nombre propio y gallego: Castrosúa. La compañía, fundada en Santiago de Compostela (A Coruña) hace más de 60 años por José Castro, hoy presidente del consejo de administración, fue pionera en la fabricación de autobuses de suelo bajo y embarque mediante rampa para personas con movilidad reducida, así como en la implantación de los vehículos de gas comprimido o licuado, un producto del que ya venden 250 ejemplares cada año.

La empresa, que cuenta con 500 empleados, se ha especializado desde su nacimiento en la comercialización de carrocerías para autobuses. Castrosúa participa en concursos públicos con vehículos propios o carroza la base mecánica de marcas como Mercedes, Scania o Volvo. Desde hace dos años también comercializa de manera directa autobuses híbridos con tracción eléctrica que vende en ciudades como Barcelona, Madrid o Tenerife. La producción total supera los 500 autobuses cada año, con una cuota de mercado del 50% a nivel estatal.

El director del departamento de investigación y desarrollo de la empresa, Antonio Barreiro, explica las potencialidades del ‘Tempus’, un autobús híbrido que el conductor puede hacer transitar solo en modo eléctrico, lo que permite circular en cascos históricos, contornos hospitalarios o centros escolares con cero emisiones. Al abandonar esos espacios el conductor arranca de nuevo el motor mecánico.

Barreiro cree que el futuro de la empresa en el campo de la innovación debe fijarse el reto de desarrollar vehículos eléctricos que no contaminen con el objetivo de conseguir que las ciudades tengan un aire lo más limpio posible. Junto a este objetivo, cita otro: la información al usuario, “necesaria para que este sepa cuándo llega el autobús y la disposición del tráfico en el territorio. Solo un autobús eficiente conseguirá que el transporte público absorba parte del privado”, apunta.

Innovación es sinónimo de supervivencia. El que no sea capaz de aportar valor añadido a los productos estará condenado a sufrir una competencia brutal de países con mano de obra más barata”. Antonio Barreiro.

CON PROVEEDORES DE CONOCIMIENTO

La colaboración con universidades y centros tecnológicos es una constante en el trabajo de Castrosúa, un claro ejemplo de empresa con una larga trayectoria que logra revalidar continuamente su liderazgo en el mercado gracias a la innovación, en la que en este caso subyace un alto componente de transferencia de resultados de investigación procedentes de partners externos. Es el caso del ‘Tempus’, desarrollado con aportaciones del Centro Tecnolóxico da Automoción de Galicia (CTAG) y de las Universidades de Vigo y Santiago de Compostela.

También es el caso del proyecto que la Consellería de Economía e Industria subvenciona con 500.000 euros para desarrollar, de nuevo en colaboración con el CTAG, un sistema de visión perimetral que permite detectar cualquier obstáculo en el entorno del autobús. Un sistema creado específicamente para incrementar la seguridad en el transporte escolar.

El proyecto, en fase de industrialización, le permite al conductor tener una perspectiva de 360 grados del exterior del autobús mediante una imagen cenital desde la cima del vehículo para detectar si existen pasajeros próximos u obstáculos de cualquier naturaleza. Además del seguimiento a través de una pantalla instalada en el vehículo, el propio sistema emite señales cada vez que aprecia movimiento. Aplicable a cualquier tipo de autobús, estará en el mercado en 2012.

Este esfuerzo en innovación, que puede derivar en una interesante línea de negocio, se verá reforzado con el desarrollo de nuevos vehículos híbridos y eléctricos, “posiblemente los autobuses del futuro”, remarcan en la empresa. Los avances llevados a cabo por Castrosúa propiciaron que en diseño, visión del conductor, ergonomía del puesto de conducción o confort sus autobuses “sean los más adelantados del mercado europeo”, subraya Barreiro.

Junto a la Universidad Autónoma de Madrid trabajan en el desarrollo de un autobús de propulsión 100% eléctrica, un proyecto cofinanciado por el programa INNPACTO, una iniciativa estatal de apoyo a proyectos de cooperación entre organismos de investigación y empresas, con 800.000 euros.

La dirección de I+D de la empresa se encuentra plenamente sumergida en nuevos proyectos de investigación, basados, en su mayor parte, en soluciones de mejora de los vehículos actuales. “En 30 años pocos productos industriales cambiaron tanto como los autobuses”, destaca Antonio Barreiro, quien recuerda los primeros ejemplares con motor delantero mientras observa el ‘Tempus’. “Es un sector que evolucionó muy rápidamente”, sentencia. Los planes de la carrocera pasan por presentar nuevos proyectos relacionados con la seguridad en vehículos en relación con los atropellos o con la protección del conductor ante un impacto frontal.

Con todo, saben que el incremento del volumen de negocio vendrá dado por el desarrollo y venta del autobús híbrido al que destinan buena parte de los esfuerzos dirigidos a la innovación. Pese a que el coste de este vehículo puede representar hasta un 30% más que los autobuses convencionales, en Castrosúa defienden que es una cantidad “que se amortiza con el ahorro de gasóleo”. En el caso del vehículo 100% eléctrico, la incógnita pasa por la evolución de las baterías, un mercado demasiado incipiente en Europa. En la empresa ya trabajan con una compañía finlandesa y otra americana ensayando diferentes tipos de baterías. Temen que, en el caso contrario, Asia gane la batalla.

El compromiso del conglomerado de empresas que forman Castrosúa con la innovación y el futuro les permitió mantenerse en una posición líder. El volumen de facturación de la compañía en 2010 superó los 30 millones de euros y las miras están puestas en el abordaje de nichos de mercado internacionales, un sector muy protegido por las empresas locales y en el que se sabe que la entrada no será fácil, y en la instalación de pequeños centros de mantenimiento de esos vehículos. Será el porvenir.